¿Qué es un Hipoteca?
- Acfinan
- 9 jun
- 3 Min. de lectura
Actualizado: hace 20 horas
Si te has preguntado "¿qué es una hipoteca?" o cómo funciona este instrumento financiero clave en el mundo inmobiliario, has llegado al lugar correcto.
En ACFINAN, tu aliado estratégico en soluciones financieras, te desglosamos todo lo que necesitas saber.

¿Qué es Exactamente una Hipoteca?
En términos sencillos, una hipoteca es un tipo de préstamo que se utiliza para financiar la compra de bienes inmuebles, como una casa, un apartamento o un terreno.
La particularidad de una hipoteca es que el bien inmueble que se adquiere sirve como garantía o colateral del préstamo.
Esto significa que, si el prestatario (la persona que pide el préstamo) no cumple con los pagos acordados, el prestamista (generalmente un banco o una entidad financiera) tiene el derecho legal de tomar posesión de la propiedad para recuperar el dinero prestado.
Las hipotecas son préstamos a largo plazo, con plazos que suelen oscilar entre 15 y 30 años, aunque existen opciones más cortas o más largas. Durante este período, el prestatario realiza pagos regulares que incluyen una porción del capital prestado y los intereses.
Requisitos para acceder a una Hipoteca
Si estás pensando en solicitar una hipoteca, es fundamental que conozcas los requisitos que suelen solicitar las entidades financieras. Si bien estos pueden variar ligeramente entre prestamistas y países, los más comunes incluyen:
1.Historial crediticio sólido (Ausencia de ANEF/RAI)
Los bancos evaluarán tu comportamiento financiero pasado y consultarán bases de datos de solvencia como ASNEF o RAI. No tener impagos registrados es fundamental.
2.Ingresos estables y demostrables
Deberás demostrar que tienes una fuente de ingresos regular y suficiente para cubrir las
cuotas de la hipoteca, además de tus otros gastos.
Se suelen pedir las últimas nóminas, la declaración de la renta (IRPF), vida laboral o justificantes de ingresos si eres autónomo.
3.Ingresos estables y demostrables
Deberás demostrar que tienes una fuente de ingresos regular y suficiente para cubrir las cuotas de la hipoteca, además de tus otros gastos.
Se suelen pedir las últimas nóminas, la declaración de la renta (IRPF), vida laboral o justificantes de ingresos si eres autónomo.
Contar con un contrato de trabajo indefinido y una antigüedad mínima en la empresa.
Esa es un punto muy valorado por los bancos. Para autónomos, se valorará la trayectoria y la solidez del negocio.
Las entidades financieras calcularán tu relación deuda-ingresos para asegurar que no te sobreendeudes.
Generalmente, tus pagos de deudas (incluida la futura cuota hipotecaria) no deberían superar el 30-35% de tus ingresos netos mensuales.
6.Ahorros para la entrada y gastos
Los bancos suelen financiar hasta el 80% del valor de tasación o compraventa (el menor de ambos) para primera vivienda.
Esto significa que necesitarás aportar un 20% del valor de la propiedad como entrada, más un 10-15% adicional para cubrir los gastos asociados a la compraventhttp://8.Vaa (impuestos, notaría, registro, tasación, gestoría).
7.Edad mínima y edad máxima
Generalmente, la edad mínima para contratar una hipoteca es 18 años y la máxima suele ser 75 años (al finalizar el préstamo, es decir, si eres mayor, el plazo de amortización será más corto).
La entidad financiera encargará una tasación oficial del inmueble para determinar su valor de mercado y, en base a este, conceder el préstamo.
Tipos de Hipoteca
Existen diferentes tipos de hipotecas en el mercado español que se adaptan a distintas necesidades y perfiles financieros:
Hipoteca de tipo fijo:
La cuota de interés permanece constante durante toda la vida del préstamo, lo que te brinda estabilidad y previsibilidad en tus pagos mensuales.
Hipoteca de tipo variable:
La cuota de interés se revisa periódicamente (normalmente cada 6 o 12 meses) y se actualiza en función de un índice de referencia (el más común es el Euríbor) más un diferencial fijo. Tus pagos mensuales pueden subir o bajar.
Hipoteca mixta:
Combina un período inicial de tipo fijo (por ejemplo, los primeros 5 o 10 años), seguido de un período de tipo variable. Ofrece un equilibrio entre estabilidad inicial y posibles beneficios futuros si bajan los tipos de interés.

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